prehistórica incas del Perú y antiguos monjes budistas de Japón eran tan disímiles culturalmente como dos grupos podrían ser. La religión de los incas contó con rituales dejando que la sangre y el elaborado sacrificio de niños, adultos y animales; mientras que la no violencia es fundamental para la enseñanza del Buda. Muchos monjes budistas y seguidores eran vegetarianos que creían que estaba mal para matar animales. Los dos grupos tenían completamente diferentes visiones del mundo, se refleja en muchos aspectos de sus culturas, incluyendo la dieta. Incluso con estas diferencias culturales radicales, la influencia de la geografía y el clima era fuerte para llevar a los incas y los monjes a lo largo de los caminos similares de descubrimiento. Los incas peruanos habitaban las tierras altas de los Andes y los monjes que llevaron el budismo a Japón estableció un monasterio en el Monte Koya. En ambos lugares, liofilización surgió como un medio importante para la conservación de alimentos.
Compartieron Something Special

Extremo en la era moderna, la mayoría de la gente hacía una u otra ; O bien se congelaron su comida o se secan, pero no ambos. El secado por congelación combina frío, presión y calor a veces para extraer más de 95 por ciento de peso del agua, sin dañar la estructura celular de alimentos, textura o calidad nutricional. El proceso crea un ambiente inhóspito para las bacterias, lo que aumenta considerablemente la vida útil de los alimentos bien sellados. No fue hasta el desarrollo de equipos modernos que tenía la capacidad de suministrar el momento preciso, la temperatura y la presión que liofilización comenzó de una manera comercial generalizado. Nestlé comenzó a vender su café instantáneo liofilizado en 1938. Congelación de secado continuó evolucionando a través del siglo XX y en el presente. Lo que permitió a los incas y los monjes budistas para congelar siglos secos antes era la especial naturaleza de su entorno físico. Sus zonas de montaña de gran altitud presentaron justo el equilibrio de la presión atmosférica fría y baja seco para hacer que el trabajo de liofilización.

Técnicas de la vieja escuela

Los monjes budistas y Andina incas aprendieron cómo congelar seco durante períodos de malas cosechas, lo que podría significar el hambre y la muerte. Este medio de conservación de alimentos de alimentos permitidos para ser almacenados durante años, una forma importante de aumentar la seguridad alimentaria durante lo que fueron muchas veces inseguras. El proceso, como la de hoy en día - a pesar de tomar mucho más tiempo - ciclos de congelación y secado supone, extracción y evaporación de la humedad. Los monjes budistas trabajaron con el queso de soja, mientras que los incas patatas, carne y otros alimentos liofilizados. Patatas ofrecen un buen ejemplo del proceso básico. Después de la cosecha, estarían autorizados a congelar; siguiente, fueron pisoteados hasta formar una pasta. Esa pasta se somete a ciclos de congelación noche, evaporación bajo el sol, y la congelación de nuevo por día para eliminar la humedad; a continuación, se prepara cuidadosamente para el almacenamiento y guardar.
alimentos todavía se utiliza hoy

Koya-dofu es el nombre del queso de soja liofilizada creado por los monjes en el monte Koyo hace tantos siglos. Era un nuevo producto alimenticio en aquel entonces, pero aún así es en el mercado hoy. La papa liofilizada pegar los Incas dieron a vino a ser llamado chuño, que también se encuentra todavía en uso hoy en día. Todavía sirve a su propósito original, como una cobertura contra el hambre y, aún hoy, se hace en muchos pueblos de la misma forma en que siempre ha sido. En agosto de 2013, la Associated Press informó que una bolsa de chuño lo suficientemente grande como para durar un año costó unos 10 dólares.